lunes, 19 de febrero de 2007

Mi alma gemela

Todo empezó una noche fría de noviembre en 1985. Madre e hija ya yacían dormidas. A gran distancia, una mujer gritaba por las contracciones porque desde antes de nacer la niña ya estaba jodiendo. He aquí dos criaturas hembra blanquitas y redonditas; una con sangre gitana, otra sólo con el nombre, pero gitana al fin y al cabo.
Cuántas veces antes de conocerse habrían leído por separado el famoso libro “No sin mi chaleco blanco”, o tarareado esa canción que versa “Por el amor de esa mujer, somos dos bollos con un mismo hornillo”, cuántas soplado la misma cantidad de velas el mismo día, cuántas ver soplarlas a nuestras madres también, el mismo día. Pasaron años de bocadillos de leche condensada hasta que el destino las unió para no separarlas nunca más.
Durante esos dos años en los que se vieron a diario -en clase, maticemos-, ya se notaban los rasgos que definirían sus personalidades. Sí, GipsyBlood (o, lo que es lo mismo, la de sangre gitana) también se hacía la raya en medio y se aplastaba el pelo para terminar con un coletero grueso, pero rectificó a tiempo. Por su parte, GipsyName fue la pionera en enfundarse los chándales a diario. El día de la foto de orla lucía pintalabios marrón oscuro que contrastaba con su pálida tez, GBlood optó por una conjuntivitis que le haría parecerse al Jorobado de Notre Dame; pero el estilo deportivo no faltó en ninguna.
Cada una se fue a un instituto distinto, cabía esperar que como pasó entre el resto de compañeras, verse sería una coincidencia. Pero GName –de aquí en adelante: Batallita- se hizo amiga de Kelemvor y Galletita, y aunque yo aún ni siquiera los conociera el destino ya iba maquinando. Abbes me presentó una noche a Kel y nos hicimos coleguis, así que empecé a ver a Batallita de vez en cuando en alguna fiesta, aunque ni siquiera nos saludábamos. Yo insistía en que era lesbiana, y Kel me aseguraba que no…nos pasamos así alrededor de un año y medio hasta que cansado de mi insistencia, tuvo que reconocer que me lo negaba por guardarle el secreto.
En ocasiones ella salía con mis amigos pero curiosamente nunca coincidimos, hasta que una noche descubrí el por qué. Kel, Galletita y Batallita habían quedado para salir de marcha,y a su vez yo con otros amigos. Casualmente íbamos a beber al mismo sitio así que surgió la idea de unirnos. Pero Batallita se negó en rotundo, asegurando que le incomodaba que yo supiera de su bollerismo si habíamos estado en el mismo colegio. La cosa quedó como una anécdota.
Pero los carnavales pasados conocí a una chica, empecé a tontear y Batallita intervino metiendo fuego: era su ex. Al día siguiente Kel me presentó a Galletita y nos liamos. Menuda puntería, Batallita estaba loquita por sus huesos y se volvió loca del todo. Se pasó todos los carnavales montando escenas, llamadas histéricas a Galletita, improperios hacia mi persona con arranque de top incluido. No sé como no le di de ostias.
Después de eso cada día se inventaba algo nuevo con la intención de separarnos. Cuando rompimos pensé que me dejaría en paz, ilusa de mí. Siguió echando leña para conseguir que no fuésemos amigas, y lo consiguió durante un tiempo.
Actualmente me sigue dando por culo cuando puede, hasta que un día me coja de malas y le arree.

Confesión: diosss he abandonado la dieta de la no-cena, me estoy poniendo como una foca.
Confesión 2: estoy frita por encontrar este disfraz, si alguien lo ha visto que me lo diga.

5 comentarios:

SinMedida dijo...

Qué fuerte! Osea que galletita se comió hasta la última miga tuya?

DIOSSSSSSSSSSSS

No voy a salir de mi asombro hasta que le de a publicar el comentario.

Anónimo dijo...

jajaja si, le abri a puerta d mi horno ohh(L)

Mincha dijo...

Esto de las relaciones interbloguerliles está llegando a límites insospechados.

MadremíaMadremía

Muá

Anónimo dijo...

minixiya!! k apenas skribes grrrr t exo dmenosss

Anónimo dijo...

Eh, LaMar, como que eres la menos indicada para hablar de poca asiduidad posteando xDDD.

En realidad quien se comió todas mis migas fue ella, porque yo era hetera! hasta que llegó ella...(y me atacó cual tigre de bengala)